Informe sobre Desarrollo Humano 2025, un llamado a decidir: personas y posibilidades en la era de Inteligencia Artificial
Por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
"El Informe sobre Desarrollo Humano de este año examina en qué se distingue esta nueva era de IA de otras transformaciones digitales anteriores y cuáles pueden ser las repercusiones de esas diferencias para el desarrollo humano (capítulo 1), por ejemplo en cuanto al potencial de la IA para fortalecer o para debilitar la capacidad de actuación humana (capítulo 2). Actualmente, las personas ya interactúan con la IA de múltiples maneras en distintas etapas de la vida, explorando de hecho sus distintas posibilidades — buenas y malas— y poniendo de manifiesto la importancia determinante que tienen el contexto y las decisiones (capítulo 3). La capacidad de actuación es el precio a pagar cuando los seres humanos se creen todo lo que se dice acerca de la IA, lo que puede exacerbar la exclusión (capítulo 4) y dañar la sostenibilidad3 . Y, por supuesto, conocer quién produce la IA y para qué es una cuestión fundamental para todos (capítulo 5)."
Principales puntos del informe:
Las brechas de desarrollo humano aumentan y el progreso global puede estar perdiendo fuerza
Las vías de desarrollo que crearon empleos a escala y redujeron la pobreza gracias a la expansión de las manufacturas y las exportaciones a los mercados internacionales se están reduciendo . Este retroceso es producto de tres factores: una inadecuada financiación exterior, la existencia de menores oportunidades de fabricación debido, en parte, a la automatización, y las tensiones comerciales que limitan las opciones de exportación . En este marco entra en juego la IA, un nuevo e impredecible invitado al desarrollo . Si entendemos la IA simplemente como una extensión sobrealimentada de tecnologías digitales anteriores utilizada para automatizar el trabajo, las personas trabajadoras se verán condenadas a ceder a las máquinas el terreno que les queda, lo que mermará aún más las opciones de desarrollo. ¿Es esto lo que nos espera? Estamos ante un llamado a decidir. El desarrollo depende menos de lo que es capaz de hacer la IA —si parece o no humana— y más de movilizar la capacidad de imaginación de las personas para reconfigurar las economías y las sociedades a fin de maximizar su potencial.
Para que la IA beneficie a las personas hay que tomar decisiones
La evolución de los planos en que se superponen y complementan los humanos y las máquinas regidas por la IA lleva a las sociedades a puntos de inflexión a partir de los cuales las trayectorias a seguir dependerán, fundamentalmente, de dos factores: el acceso de las sociedades a la IA y su perspectiva y uso de ella. Se trata de tomar decisiones, tanto por unos pocos como por la mayoría.
Diferentes elecciones pueden ayudar a cambiar las cosas, y el foco del Informe sobre Desarrollo Humano de este año, centrado en las personas y las posibilidades, identifica tres áreas de acción para un desarrollo humano ampliado por la IA:
Construir una economía basada en la complementariedad para que las personas y la IA encuentren más oportunidades de colaborar en lugar de competir.
Impulsar la innovación con intención, de modo que las oportunidades para las personas no queden en segundo plano sino que sean un aspecto integral del diseño y el uso de la IA.
Invertir en capacidades que cuentan, para que las personas dispongan de capacidades para obtener el máximo provecho y prosperar en un mundo con IA.
Construir una economía basada en la complementariedad
Desde esta perspectiva del lado de la oferta, las personas quedan marcadas como seres unidimensionales en una competición de suma cero por lograr una de las plazas limitadas que auguran para nuestra economía, una economía de sustitución de los seres humanos. Sin embargo, al incorporar el lado de la demanda se observa que las decisiones políticas y estratégicas que se adopten pueden promover una economía basada en la complementariedad donde la IA sirva para ampliar y mejorar el trabajo humano existente, crear un mercado laboral más inclusivo, y abrir el camino a nuevas industrias, empleos y tareas.
A medida que los empleos vayan integrando los sistemas de IA, será vital trabajar de manera efectiva con la IA, es decir, entender sus limitaciones, interpretar sus productos, y aplicar el razonamiento humano. A pesar del enorme potencial, las oportunidades de ampliación para los trabajadores no pueden darse por seguras. La brecha digital persiste, y el acceso y la posesión de habilidades relevantes son factores que obstaculizan un uso mas extenso de la tecnología. Estos retos son igualmente aplicables a la IA en el lugar de trabajo.
El cumplimiento o no de las expectativas de ampliación dependerá de las políticas e incentivos que se utilicen para fomentar la complementariedad entre las personas y la IA. Si nos equivocamos en este punto, nos encaminamos a una decepción con el desarrollo a corto plazo y, posiblemente, a una divergencia económica mayor en las próximas décadas. Una posibilidad consiste en evitar la apresurada sustitución de trabajadores provocada por la implantación de una IA mediocre que destruye empleos sin generar mejoras de la productividad y, en su lugar, promover políticas fiscales que fomenten la ampliación
Impulsar la innovación con intención
La compleja intersección entre las distintas prioridades de cada país con la constelación de empresas tecnológicas mundiales y locales está alimentando una carrera geopolítica de innovación que amenaza con dejar atrás a muchos países y a una gran parte de la población58. La asimetría entre proveedores y usuarios importa por muchas razones. Una de ellas es cultural. Los modelos de la IA reflejan las culturas de los países en que se desarrollan. Las respuestas de ChatGPT se acercan más a la óptica cultural de los humanos que viven en países con un IDH muy alto y están más alejadas de la perspectiva de los países con IDH bajo.
Combatir los sesgos culturales y lingüísticos es una de las razones por las que muchos países desean formar parte de la cadena de suministro de la IA. Esta cadena se sostiene sobre tres insumos clave: potencia de computación, datos, y talento, algunos de los cuales se encuentran fuertemente concentrados, lo que plantea retos extraordinarios para muchos de los países con valores más bajos de IDH.
A nivel mundial existen oportunidades para la cooperación internacional en el campo de la IA, no necesariamente en todos sus ámbitos, pero ciertamente en algunas áreas específicas e importantes. Esto es especialmente aplicable a los sistemas de supervisión informática, la procedencia de contenidos, y las evaluaciones de modelos59. De hecho, muchas instituciones y foros internacionales están llevando a cabo ya un importante trabajo en este aspecto. El Pacto Digital Global de la ONU, cuyo objetivo es impulsar un diálogo interjurisdiccional con base científica, puede ayudar a que los países intercambien aprendizajes y afinen los distintos enfoques normativos, además de establecer unas condiciones de igualdad que permitan participar a todos los países de manera significativa en la IA y beneficiarse de su potencial.
Invertir en capacidades que cuentan
Para preparar a las personas jóvenes para que prosperen con la IA, la educación debe enfocarse en los resultados del aprendizaje, así como en el desarrollo de una manera de pensar crítica, creativa y relacional, alejada de criterios simples como el aumento de los años de escolarización. Al integrar la IA en la educación, es preciso evitar usarla como un recurso fácil, tanto por parte de maestros como alumnos, y tratarla como una herramienta complementaria para explorar nuevas formas de aprendizaje.
Los sistemas y las organizaciones del ámbito de la salud deben integrar de manera segura y transparente las tecnologías de IA —reforzando tanto la capacidad institucional como la de los proveedores de primera línea para utilizarlos— además de comunicar claramente a los pacientes cómo se emplean dichos sistemas en la toma de decisiones clínicas a fin de fomentar la confianza.
Nuevos horizontes para el desarrollo humano
A medida que la IA pasa de ser una tecnología nicho a constituir parte fundamental de las vidas de la ciudadanía en múltiples ámbitos, es imperativo aprovechar su potencial para avanzar el desarrollo humano. Esto depende no solo de algoritmos; depende de nuestras decisiones.
El futuro está en nuestras manos. La tecnología tiene que ver con las personas, no solo con las cosas. Bajo el destello deslumbrante de los inventos aguardan decisiones importantes, bien sea por unos pocos o por la mayoría; decisiones cuyas consecuencias tendrán repercusiones para muchas generaciones. Al construir una economía basada en la complementariedad, impulsar la innovación con intención, e invertir en capacidades que cuentan, las sociedades tienen la opción de utilizar la IA para expandir las elecciones y las posibilidades de las personas. Si elegimos este camino, se abrirán en el horizonte nuevas vías de desarrollo para todos los países y todas las personas tendrán la oportunidad de prosperar en un mundo con IA.
El Informe sobre Desarrollo Humano 2025 está disponible aquí: https://hdr.undp.org/content/human-development-report-2025

